Este jueves, relato. Mensaje en una botella.
Había nacido para ser botella. Las diferentes etiquetas que con el tiempo iban a ilustrar su superficie se superponían unas sobre otras como capas de cebolla. En origen contuvo un preciado gran reserva. Con el tiempo, y como puta por rastrojo fue portadora de los más variados graneles. Olía a vinagre el día que Violeta, desesperada, había perdido la fe en el Mundo que habitaba. Compartía anaquel en el interior de una alacena de la cocina con otras de tamaño y color similar, y el desconcierto e indiferencia de Violeta la eligieron al azar. Yo sé, que en la inconsciente elección de ésta, influyeron sus etiquetas superpuestas, como si de un viejo y mundano baúl de Vuitton se tratara. En horizontal, descansando sobre la superficie mallada de roble del escritorio, esperaba llenar su panza con el más dramático de los mensajes. Sintió el ligero roce del papel enrollado y el definitivo empujón del corcho que le asfixiaría en su interior. Entre estampas de bodegas y re